¡Considera el poder creativo del agradecimiento!
Podría parecer que el agradecimiento es una consecuencia lógica de recibir y es posterior a obtener lo que deseamos en la vida.
Sin embargo yo lo veo más como una semilla, como el estado creativo puro a partir del cual todo comienza a entrar en resonancia, para materializarse luego.
Sé que puede parecerte un sinsentido por ahora, pero quisiera explicarte qué es lo que yo veo en la sociedad en la que vivimos y, que sucede tanto cuando el agradecimiento se hace presente, como cuando en la mayoría de los casos es inexistente por completo.
Tomando consciencia de los contrastes te darás cuenta de cómo es el proceso de materializar deseos.
Habrás notado en tu propia vida, tanto como en la vida de personas cercanas, que la mayoría de las veces lo que realmente desean nunca llega a concretarse y son sólo sueños que permanecen en la mente como algo lejano.
Sin embargo también [piopialo]existen personas que en cuanto nace en ellos una expectativa de conseguir algo, sin más lo obtienen.
En mi Terapia Holística de Salud Ética Cuántica muchos me preguntan si la Ley de la atracción realmente funciona o, si se ha roto por completo. También hay quienes incluso se han olvidado de desear, o mejor dicho evitan hacerlo porque le temen a la frustración de no lograrlo, ya que en su vida los fracasos están encadenados y se siguen unos a otros.
Mi respuesta es siempre la misma: La Ley de la atracción funciona siempre, en todo momento y en toda circunstancia. Además funciona perfectamente y sin pausa porque es una ley de la vida y es universal. Es decir que es una Ley que no se restringe al planeta tierra sino que opera en todo el universo. Es una ley de creación.
Lo que sucede es que la mayoría de la gente no sabe cómo utilizarla, y de hecho la utiliza mal. De esa forma los resultados son penosos y socialmente se le echa la culpa a la ley, en vez de mirarnos hacia adentro a ver en qué hemos producido esos resultados discordantes con nuestros deseos.
El hecho es que no sabemos cómo poner a la Ley de atracción a nuestro favor y, eso se debe en general a tantos malos entendidos culturales que ha producido la afamada película “El secreto” y, quienes han tratado de explicarla o ampliarla después.
Pero además nuestra naturaleza depende de la ley de atracción que se deriva de la Primer Ley Hermética, en la que todo lo que vemos y percibimos con nuestros sentidos, el universo mismo o Dios son mente, el universo es mental.
Pensamos y con nuestros pensamientos se crea nuestro mundo o realidad.
Con las ideas, conceptos o pensamientos que contemplamos constantemente vamos creando nuestro mundo. Cuando estamos imaginando, que es una facultad creativa de la mente, estamos creando como un molde que le da forma a nuestros pensamientos y se materializan en el mundo físico con la forma de se molde, tal como un flan.
Cuando piensas en algo constantemente y no te enfocas en lo positivo (sueño), entonces estás preocupado, te inunda la duda, el temor de lo que quieres evadir o que no quisieras que suceda. Así en vez de empujar lejos lo que no quieres, al darle atención y energía haces que venga a ti y justamente eso es lo que se va a materializar.
Un ejemplo que me gusta dar sobre qué es eso de la vibración, es cuando en una guardería o maternidad hay un grupo de bebes y uno de ellos se pone a llorar, verás que los demás se sintonizan y enseguida empiezan a llorar todos.
Otro ejemplo es cuando una mamá apoya a su bebé en su pecho. Los latidos cardíacos de mamá y bebé tienden a sintonizarse y al cabo de poquito tiempo están latiendo juntos y acompasados.
Dicho esto, ahora podemos regresar al tema del agradecimiento como semilla de la creación.
Sucede que el agradecimiento tiene una vibración extremadamente rápida y pura, con lo cual obviamente atrae situaciones, personas y cosas que tienen una vibración similar. Sólo pueden ser cosas buenas, lindas, agradables y armónicas.
Lamentablemente vivimos en una sociedad en la que dar las gracias es una actitud que se ve raramente, e incluso mucha gente la considera una palabra innecesaria… como si el otro tuviera que adivinar que se siente agradecido ya sea por un trabajo, un servicio, un favor o un regalo.
Otra cosa bastante desagradable que sucede, es que cuando alguien paga por algo, se supone que no necesita dar las gracias, como si los que están del otro lado solo fueran piedras.
En incontables oportunidades me toca tratar con gente a la que le brindo una gran ayuda, un servicio o producto y luego de recibirlo, se olvidan que existe la palabra gracias. Simplemente lo dan por hecho y la omiten groseramente.
Tengo que ser sincera en esto, a mí me ofenden muy pocas cosas, pero cuando alguien falta a ese acto básico de cordialidad, a esa gentileza que es tan necesaria y engrandece todas las almas, que es DAR LAS GRACIAS, me cabreo y me pongo como loca.
Realmente lo siento como una brutalidad, una ordinariez, una falta de clase y un acto deplorable.
Lo lamentable también es que esas personas que omiten agradecer, son las que se rasgan las vestiduras preguntándose porqué sus vidas salen tan mal, porqué tienen tantos problemas, porqué Dios o la gente no los ayuda, porque todo lo que emprenden fracasa, se enferman y están siempre carentes de todo lo bueno.
Es que lisa y llanamente cuando alguien NO siente la necesidad de agradecer, es que obviamente no cree que haya algo que agradecer, siente que la vida y la gente están en deuda con el o ella y se sienten menos que otros por todo lo que les falta. Lo que sucede es que a esas personas se les cierran automáticamente todas las puertas y ventanas con millones de cerrojos.
¿Quién quiere volver a dar o hacer un favor a alguien que no te da ni las gracias?
Soy una persona que me deleito en dar y ayudar y lo hago en con simplezas y también con actitudes más grandes.
Si una persona me pregunta cómo llegar a una dirección o qué colectivo tomar, me paro y me tomo un minuto para explicarle en detalle; si un vecino necesita pagar una boleta en Pagofácil y yo voy de camino, ofrezco hacerle el trámite.
Pero también me busco la manera de ayudar a mis clientes con consejos, tiempo, explicaciones o cualquier adicional a mi servicio que me puedan requerir. Siempre estoy ahí para dar una mano.
No te puedo explicar la cantidad de veces, diría la mayoría, que reciben mi favor, se dan media vuelta y se van sin dar las gracias como si fuera mi obligación.
Ciertamente eso es para mí el marcador de que a esa persona no la vuelvo a ayudar.
¿Ves cómo se le cierran las puertas al desagradecido?
Imagínate que esa persona hace lo mismo con todos y que cada uno le va cerrando sus puertas…
A cortísimo plazo el que no da las gracias se encuentra solo y desamparado, pero seguramente sigue pensando que los demás le han fallado.
Sin embargo toda moneda tiene dos lados y ahora en vez de la seca te voy a mostrar la cara dorada.
Algunas veces también recibo agradecimientos tan efusivos, abrazos, besos y hasta regalos materiales o espirituales, que además de alegrarme el día y de hacerme sentir que lo que hago vale, a esas personas las elevo a lo más alto de mi estima y preferencia y… ¿sabes qué?
Cuando alcen un dedo con cualquier necesidad, me apuraré a ver en qué puedo servirlos y ayudarlos.
Quiero contarte que yo a mis proveedores de servicio o a las personas que colaboran conmigo de cualquier manera, les agradezco infinitamente y lo hago bien notorio para ellos. Ellos saben que yo aprecio cada cosa que me brindan aunque yo haya pagado por ellas.
También recibo el deleite de que cada vez que tengo que solucionar algo o necesito un servicio, corren a dármelo y lo hacen con excelencia y rápidamente.
Suelo jactarme de que soy especial para hacer trámites y reclamos porque siempre me salen fluidamente bien en tiempo record. ¿Sabes por qué? Porque siempre lo hago con una sonrisa y tengo millones de gracias cayéndose de mi boca a cada momento.
¿Ves cómo a los agradecidos se les abren las puertas y ventanas del universo?
Demás está decir que mi vida es preciosa y recibo con creces lo que doy. Las cosas buenas y lindas me llegan de cualquier lado, de gente y situaciones inesperadas. ¡Eso es lo que yo llamo felicidad!
Siempre hay alguien dispuesto a hacerme un favor, a enseñarme algo que necesito, a brindarme un dato que busco, a mostrarme un camino o incluso a brindarme su saludo y sonrisa cuando me ven.
Hablando de recibir una enseñanza perfecta, hace unos días una clienta súper agradecida que tenemos en común con P L de educación en casa, nos quería enviar un regalo y nosotras no queríamos que se molestara.
Pero Ingrid sabiamente nos dijo: “Conozco personas como ustedes que les encanta “servir y dar”, pero hay algo que también deben aprender que es a “recibir”, asique denme la posibilidad ahora a mí de poder brindarme para con ustedes con un pequeño gesto, que para mí es importante hacerlo. Asique les pido a cualquiera de las dos su dirección así cuanto antes les envió. Gracias!!!!”
Las sincronicidades se dieron y un amigo de ellos venía justo ese día a Buenos Aires, así que nos trajo el más lindo regalo que pudiéramos recibir. Contenía adentro muchas cosas ricas y además un libro con más enseñanzas!!!!!!!!!!!!!!!!
Nos emocionó a ambas hasta las lágrimas.
Esa es la prueba de que el agradecimiento abre puertas, ventanas, potenciales y oportunidades.
Por eso al principio te presenté una aparente paradoja, diciéndote que el AGRADECIMIENTO es una semilla creativa, a partir de la cual el árbol crece y da sus frutos espléndidos.
Con el deseo de que este escrito te haya llegado al corazón y te llenes de agradecimiento por cada ser, cada bendición, cada alegría y cada experiencia que puedas tener en la vida.
Estando en esa altísima frecuencia, a tu vida llegará cada vez más, incluso hasta lo que ni siquiera has osado imaginar.
¡Agradece de antemano y maravíllate de lo que vas a lograr!
Con mucho cariño
¡Gracias por tomarte el tiempito de leer mi artículo!
Silvana Paola Gonella.