“Nuestro miedo más profundo no es a ser incapaces. Nuestro miedo más profundo es que somos infinitamente poderosos. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos atemoriza” Marianne Williamson.
Comenzamos con esta frase que cala hondo en nuestra alma y nos moviliza en extremo. Es una verdad tan profunda que muchos quizás se sientan incómodos con ella.
Sin embargo es preciso que te atrevas a zambullirte en ese concepto, para iniciar el viaje de búsqueda de tu Esencia y descubrimiento del Ser interno que te habita. Tu Ser Esencial clama por ser reconocido y es el único capaz de hacer que despliegues las alas de tu alma y vivas tu propósito.
El único fracaso verdadero es no ser capaces de crecer como resultado de nuestras experiencias. M. Williamson.
Un aspecto universal de la naturaleza humana es el impulso de crecer. Todos, al menos conscientemente, deseamos potenciarnos, realizarnos y Ser lo máximo que podemos llegar a ser.
Sin embargo este punto de vista tiene su contraparte que se evidencia en que la mayoría de las personas no pueden, no saben cómo o ni siquiera intentan desarrollar su potencial interno.
Con frecuencia, las personas más inteligentes son las que tratan de ocultar sus habilidades, porque desean más que nada ser aceptados como “normales” en su núcleo de pertenencia. Esta ambivalencia emocional sobre la propia inteligencia se hace visible entre los que son considerados “superdotados” porque usualmente son los que paradójicamente se ocupan de camuflar sus capacidades superiores, confundiéndose con las personas de la media.
Este mecanismo psicológico-emocional de defensa también lo actúan inconscientemente las personas comunes, que permanecen en el estado de lo mínimo indispensable en su vida cotidiana y, se auto-boicotean opacando el brillo que podrían desarrollar si se ocuparan de expandir sus propios potenciales.
Lamentablemente esto tiene consecuencias notables en la salud y el bienestar, ya que si no pueden expresarse, más temprano que tarde enfermarán.
Para estas personas, la vida se convierte en una lucha continua, en un eterno conflicto entre los debería, los no puedo, no tengo con qué, me falta tal otra cosa, no sé lo suficiente y una larguísima lista de justificaciones ante la inacción de sus existencias chatas y aburridas, que evidentemente hay que resolver y sanar porque se enfrentan con ese vacío y esa vulnerabilidad que duelen y se hacen sentir tengan lo que tengan, hagan lo que hagan y vayan donde vayan.
Esas carencias se las debemos a la educación que recibimos de: tanto tienes, tanto vales y que para ser alguien en la vida hay que tener casa, marido/esposa, título, coche y dos hijos. Esta es una consciencia muy limitada que va hacia abajo y hacia afuera. Pone todas las fichas en el mundo exterior y desdeña el potencial interior.
Si no nos permitimos tomar consciencia y cambiar primero nosotros, corremos el riesgo de transmitir esa misma enseñanza a nuestros hijos y nietos que también sufrirán, porque el tener puede desaparecer en un instante.
Es que si papá o mamá no son capaces de vivir desde el propósito del SER interno, muy difícilmente puedan hacerlo los niños que están tomando el ejemplo todo el tiempo.
Cuando comienzas a darte cuenta que eres alguien independientemente de lo que tengas y te pones a averiguar quién realmente eres, prestas atención y te das cuenta que tienes un alma y una razón para estar aquí y ahora, es cuando tu SER interno necesita desesperadamente salir, mostrarse y brillar.
Entonces, aunque te cueste, tienes que aprender a pedir ayuda, porque necesitarás guía y mapas para transitar este camino de autodescubrimiento.
Si estás en la tierra ahora, es porque tienes una o varias razones para estar aquí. Por eso necesitas reconocer tus virtudes o dones personales, únicos e individuales. La palabra virtudes, no debe darte ningún miedo porque son valores perfectamente alcanzables.
Tus dones y virtudes son innatos, los tienes adentro y sólo tienes que actuarlos. Es decir que ya están ahí con su máximo potencial listo para desplegar. Con ellos mejoras tu propia vida y la de otros. Pero no debes olvidar reconocer tus defectos o limitaciones para poder superarlos y cambiar.
Nuevamente te pido que hagas a un lado la tentación de etiquetar los defectos como algo malo, ya que son simplemente aquellas actitudes, emociones o reacciones que aún no puedes ver como luz. Los defectos son los que en tu mente aparecen como no puedo, no sé, no tengo, no debo. O sea que sólo se trata de ir trascendiéndolos a tu paso y ritmo.
Sal por un rato de tu mente polarizada y comienza a pensar con los hemisferios cerebrales sincronizados.
Permite que tu consciencia cambie a modo ascendente y hacia lo interno porque así florecerás y brillarás cada vez más.
Tus virtudes, son tu/tus propósitos, tus razones de estar aquí y, están en ti para ser complementadas con las virtudes de otros, no para competir con ellas.
Lo más importante que quiero que retengas hoy, es que tus virtudes vinieron contigo, para que puedas VIVIR en COHERENCIA INTERNA, que puedas desear mucho y ponerlo en marcha, intentar de todo y sentir que has tomado las mejores decisiones y has hecho las mejores elecciones.
Todos tenemos un inmenso valor y un potencial que necesitamos aprender a desarrollar, ser felices y disfrutarlos y luego ponerlos al servicio de los demás.
Por eso desde Ulerni con mucho amor, ponemos a tu disposición una potente y detallada guía práctica para descubrir tu máximo potencial y Vivir de ello!
¿Ves que todo está al alcance de un click de mouse y sólo tienes que tomarlo?
La próxima hablaremos de lo que más disocia nuestra mente del corazón en esta sociedad y, por supuesto cómo solucionarlo.
La tercera parte de este artículo es:
El potencial ERES Tú. Viviendo tu propósito que es fuente de ingresos múltiples. Parte 3
